¿Y si estamos equivocados sobre el concepto de Felicidad?
Al fin y al cabo…
- ¿quién impone las reglas del juego?
- ¿Quién dice qué camino tenés que elegir?
- ¿Sos vos o es alguien de afuera?
Seguimos los cánones porque es la fácil. Pero acá gana el que rompe con esa estructura que nos ata y que no nos permite ser libres. Nos hacen creer que podemos estar contentos con algunas cuotas de felicidad que nos van llegando como placebos.
Felicidad que viene en frasco chico, porque cuando nos damos cuenta de que la realidad no son esas sombras que nos quieren hacer creer, un mundo nuevo se abre ante nuestros ojos.
Una luz que al principio nos va a encandilar, pero que con el paso del tiempo nos vamos a acostumbrar a ella y ya no habrá vuelta atrás. Y ahí te vas a empezar a cuestionar cosas que antes pasaban de largo o ni siquiera les prestabas atención.
La lucha interna
Vas a debatirte entre la locura y la libertad. El ser uno mismo, o fingir la verdad.
Cuando corras la cortina te vas a dar cuenta de que hay mucho más de lo que pensabas que había. Que lo verdadero pasa por otro lado y no por lo que nos quisieron hacer creer.
Esos locos que van apareciendo
Y ahí, una vez que descubras el velo, vas a atraer gente con el mismo grado de locura que vos. Y se van a potenciar. Y ese va a ser el momento en que van a reír sin entender bien qué está pasando.
Y de a poco, con tiempo, con aprendizaje y paciencia, vas a entender que no es ni más ni menos que una red. Una red de seres con las mismas inquietudes que vos. Las mismas preguntas sin respuesta. Los mismos enigmas y desvelos.
Y se van a ir acoplando, renovando, reciclando esos seres que aparezcan en tu vida. Así, solo así vas a ser feliz.
Un nuevo despertar
Porque, seguramente, el punto cúlmine tras haber transitado este viaje sea disfrutar.
Cuando entendamos que se trata de eso, todo se volverá más liviano, vas a fluir con mayor libertad y vas a vivir en el paradigma del cual no vas a querer retornar: el del aprendizaje lleno de amor.
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