Muchos de los que arrancamos a escribir, tenemos pánico a enfrentarnos a la hoja en blanco. Es como llenar un vacío que nos es difícil identificar, o solucionar un problema al que no le encontramos la salida. Pero hay algunas técnicas y destrezas que pueden ayudarte a superar este primer gran fantasma a la hora de sentarnos a escribir. Mirá:
Lo principal es animarse a escribir
Por lo tanto, si te sirve, empezá por un primer borrador con las ideas que se te crucen por la mente, no importa si están bien o están mal. Al finalizar podrás empezar a trabajar en corregir los detalles: siempre resulta más sencillo corregir, que crear de cero.
Un mensaje claro facilita el trabajo
Aunque en un principio desconozcas la forma que va a tener el texto, es básico e importante saber qué es lo que querés contar. Es imprescindible que exista un contenido para que, de esta forma, el mensaje que quieras dar sea el que resalte por sobre el estilo del texto.
- qué quiero contar
- cómo lo quiero contar
- Dónde lo quiero contar
Hacete esquemas para optimizar el orden y la claridad
Si resumís los puntos clave por los que va a pasar el texto será menos probable que te pierdas y que pases por alto puntos imprescindibles de tu objetivo al escribir.
Escribí los conceptos fundamentales de tu texto
Anotá las citas, las palabras más importantes, las nociones que sean la columna vertebral del texto. De esta manera, podés llegar a una conexión entre dichos conceptos y así lograr escribir varios párrafos.
Contestá las 5 preguntas clave
Si lográs responder lo que se llama en narración y periodismo las 5W, vas a tener allanado el camino para luego seguir desarrollando tu texto. Estas cinco preguntas clave son: ¿Qué? ¿Quién? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? Hay una sexta que también es importante contestar: ¿por qué o para qué?
Cada vez que finalices un texto, recompensate
Despejá tu mente para que sea algo que termines disfrutando y así estés preparado para (si fuese necesario) comenzar otro texto de manera positiva.
¡Asique ya no tenés excusas!
Con paciencia y dedicación vas a poder enfrentar el fantasma de la hoja en blanco y, con la práctica, vas a ir incorporando el hábito de una manera cada vez más sencilla y rápida.
¡Dale, animate a romper con el miedo a no poder. Está todo en tus manos!
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